La Europa de la Restauración

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La Restauración fue un complejo proceso político por el cual las familias reales europeas, recuperaron las posesiones anteriores a la invasión napoleónica. 

En 1815 se produjo la derrota definitiva de Napoleón. Las potencias europeas debieron buscar una forma de reorganización luego de una década de supermacía francesa. Sin embargo, la simiente sembrada por las revoluciones comenzaba a dar frutos por todo el continente, y sus partidarios no estaban dispuestos a permitir un retroceso hacia el Antiguo Régimen.

En ese contexto, cinco potencias establecieron un nuevo orden. Ellas fueron las cuatro que triunfaron ante Napoleón (Gran Bretaña, Rusia, Austria y Prusia) y Francia. 

Rusia se mantenía apegada al Antiguo Régimen, mediante una monarquía gobernada por el zar Alejandro I. Gran Bretaña mantenía su régimen parlamentarioy tenía como objetivo controlar los mares y evitar que otra potencia intentara conquistar el continente. Prusia mantenía la hegemonía sobre Alemania y Austria se había conformado como un imperio en 1804, bajo el gobierno de Francisco II y sería su canciller, Metternich, la figura fundamental para la instauración del nuevo ordenamiento continental. Francia, más allá de su enemistad con el resto de las potencias, fundamentalmente Gran Bretaña, logró hacer comprender a sus gobiernos, que sería imposible lograr un equilibrio político, y una paz duradera, sin su presencia.   

En 1815 se inició el Congreso de Viena, que no fue un encuentro simultáneo de todas las potencias sino que se desarrolló en base a diferentes reuniones y conferencias donde se alcanzaron acuerdos que formarían un nuevo mapa europeo, de acuerdo a una propuesta denominada "sistema Metternich". De este modo se estableció un sistema de compensaciones que permitió lograr un equilibrio de fuerzas, ante la imposibilidad de mantener la division territorial existente antes de la era revolucionaria. 

La nación más favorecida fue Inglaterra, que consiguió instalar bases en el Mar del Norte, el Mediterráneo, el Océano Índico y las Antillas. Prusia se expandió y Austria avanzó hacia el sur, mientras se produjeron algunas situaciones que luego se revertirían. Italia y Alemania, se mantuvieron integradas por reinos separados entre sí y Holanda y Bélgica se unieron, pese a que su matríz económica y los deseos de sus poblaciones eran mantenerse separadas.

Congreso de Viena. Pintado por Jean-Baptiste de Isabey

En setiembre de 1815 Rusia, Austria y Prusia conformaron la Santa Alianza, que trataba de dar un carácter sagrado a los acuerdos políticos. El mismo era un pacto de asistencia y socorro recíproco entre las monarquías mencionadas, con la finalidad de prevenir cualquier brote revolucionario. En el documento se acordaba:

Art. 1º. En conformidad con las palabras de las Santas Escrituras, que ordenan a todos los hombres considerarse como hermanos, los tres monarcas contratantes quedan unidos por los lazos de una fraternidad verdadera e indisoluble y considerándose como compatriotas, se prestarán en toda ocasión y en todo logar asistencia, ayuda y socorro; mirando a sus súbditos y ejércitos como padres de familia, los dirigirán en el mismo espíritu de fraternidad de que están animados para proteger la religión, la paz y la justicia.

Art. 2º. En consecuencia, el solo principio en vigor ya sea entre los gobiernos dichos, ya sea entre súbditos, será el de rendirse recíprocamente servicio, de atestiguarse por un afecto inalterable la amistad mutua por la que deben estar animados, de considerarse todos como miembros de una misma nación cristiana; los tres príncipes aliados se considerarán a sí mismos como delegados por la Providencia para gobernar tres ramas de una misma familia, es decir: Austria, Prusia y Rusia, y declaran que la nación cristiana, de la cual ellos y sus pueblos son parte, no tiene realmente otro soberano que aquél al que sólo pertenece en propiedad el poder, porque sólo en él se encuentran todos los tesoros del amor, de la ciencia y de la sabiduría infinita, es decir, Dios nuestro divino Salvador Jesucristo, el verbo del Altísimo, la palabra de vida. SS.MM. recomiendan en consecuencia con la más tierna solicitud a sus pueblos, como único medio de gozar de esta paz que nace de la buena conciencia y que es la única duradera, de fortalecerse cada día más en los principios y el ejercicio de los deberes que el divino Salvador ha enseñado a los hombres.

Responder:

1) ¿Quiénes son las naciones firmantes de la Santa Alianza?
2)¿Con qué objeto se invoca a Dios?
3) ¿Cómo describen esa unión?
4) ¿Cuáles son los deberes que los monarcas recomiendan a sus pueblos?
5) ¿Cuál es el objetivo que persigue el cumplimiento de los mismos?

Posteriormente se incorporaría a la alianza Francia y, finalmente, Gran Bretaña, que sería la primera en abandonarla, en virtud de que la misma se enfrentaba con naciones que formaban parte del mercado potencial británico y afectaba sus intereses comerciales.